Las organizaciones cuyos equipos reflejan mejor a la sociedad y el contexto en el que se desenvuelven están en mejores condiciones para comprender y conectar con oportunidades, tendencias y cambios en el marco social o económico.
Ello es así porque, básicamente, si las experiencias de los empleados de una organización son representativas de las de los grupos de interés en general, la organización estará en mejores condiciones para comprender las necesidades y comportamientos de esos grupos de interés, y adaptar los productos y servicios en consecuencia. Una investigación de Korn Ferry en 2015 demostró que, si una empresa tenía en cuenta las expectativas de sus grupos de interés, tenía un 158% más de probabilidades de innovar que aquellas que no lo hacían. Sin duda, una condición esencial para la sostenibilidad económica de la organización.
En resumen, la inclusividad, la participación de otros puntos de vista no convencionales, es el caldo de cultivo de la creatividad y de las nuevas ideas. Y sin nuevas ideas en productos, procesos o servicios, la sostenibilidad económica, social o ambiental no puede garantizarse.

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