Elvira la niña mas dulce que he conocido, hija de mi vecina una drogadicta y prostituta. Me llamo Steven y soy de la ciudad Estados Unidos del D. Vivo solo en un apartamento cerca del centro, donde me llevo muy bien con mis vecinos incluyendo Karelia una vecina que vive un piso mas que yo. Karelia al verme me ofrecio un trato; conseguime una fiesta con 5 personas y 5mil dolares y mi hija sera toda tuya, es virgen o acaso no quieres esa concha tierna para tu camaron… yo riendo acepte el trato y comence a mover contactos hasta encontrarme a los que serian mis patrocinadores. Arme la orgia para un fin de semana en casa de Karelia, ella firme en su palabra me entrego a Elvira, parece que Karelia ya le habia hablado del trato porque Elvira en cuanto me miro me dio un beso y me apreto la verga. Nos fuimos a mi piso, y al entrar note que Elvira llevaba un dilatador ensartado en su culo, le levante la falda y mire que era un dilatador con 6 bolas cuyas 4 bolas estaban adentro del culo de la niña, la desnude y le pedi que se pusiera en 4 y asi fue… la niña fue expulsando cada bola suavemente de su culo, yo tomando video gozaba y me masturbaba, al sacar las bolas note que estaban limpias y meti mi dedo asegurandome que podia lamer libremente, Elvira solo gemia y al ver su vagina le salian unas gotitas de squirt llenando mi sofa poco a poco…. Agarre mi miembro y lo meti suavemente, ella mordia el safo del dolor, mi pene estaba duro entrando y saliendo hasta venirme en su culo, explote con una gran cantidad de semen empapando el culo de Elvira y ella tirada sobre el sofa con lagrimas en los ojos me decia… me desvirginaste el culo….
Un hermoso niño de 6 años, vestido con un pantalón de mezclilla negro, camisa de cuadros con un paliacate rojo amarrado al cuello, huaraches y sombrero de palma; con tés morena, ojos cafés grandes cubiertos por unas enormes pestañas. La dulce voz del pequeño me saco de su contemplación, el niño mostraba una pequeña sonrisa dejando ver unos dientes blancos como la leche. El rubor tiño las mejillas del pequeño y le arranque una sonrisa, me puse de rodillas para estar a la altura del vendedor, saque un billete de pesos para pagarle; pude ver el asombro del pequeño poco acostumbrado a ver billetes de alta denominación…. Fingiendo buscar el dinero en mi chaqueta y en la camisa ante la atenta mirada del inocente pequeño. Animado por vender sus flores, Mario introdujo la mano en mi bolsillo del pantalón, provocando que la bragueta se abriera ante la curiosa mano del pequeño que distinguió la blanca tela de mi ropa interior, sus ojos se posaron en la abertura del pantalón y en la bragueta, yo cerré mis ojos ante el manoseo inocente del pequeño….
N o lo invites a beber en tu casa. Deja que él lo haga. También sabe qué necesita: a ti. Pero la propuesta no llega y no llega. Entonces esperas, esperas y esperas.
Te niegas a reconocer lo puta que eres. La tortura acaba de comenzar. Te fuerzo a mirar directamente al Cristal sujetando tu cara. Retuerzo uno de tus pezones.
